No sabemos a ciencia cierta cuánta gente lee este texto final, de exactas mil palabras. Para los perezosos, le pedimos al señor Casciari que los leyera en voz alta como una declaración de principios.
No sabemos a ciencia cierta cuánta gente lee este texto final, de exactas mil palabras. Para los perezosos, le pedimos al señor Casciari que los leyera en voz alta como una declaración de principios.
¿Un cuento escrito por una autora norteamericana en 1916? ¡Por supuesto! Un cuento basado en hechos reales sobre un crimen, una casa en el campo, una pajarera deformada y varios frascos de conservas.
Dice Manu Cantón que contar una historia no es más que acumular indicios y en su texto deja, lista a lista, evidencias sobre la ternura, el amor y la pérdida.
Un cuento de un escritor estadounidense para surmergirnos en las afueras de un pueblo y quedarnos helados con todo el desastre que se puede hacer en tan poco territorio.
Un escritor inglés conecta Buenos Aires y Londres a través de un puente indestructible: las vivencias y los recuerdos con su padre argentino. Greg Stekelman retrata con obsesión las calles de Buenos Aires y confirma que le contagiamos algo incurable: la nostalgia porteña.
¿Una historia narrada por un caballo? Sí, y después de leer este cuento nunca jamás te vas a poder olvidar de la historia y mucho menos del caballo, el gran Tincazo.
Para Mariela y Rama hablar de bueyes perdidos mientras se toman un café cortado es cualquier cosa menos algo común. O quizás, lo habitual para ellas, es descomunal para quienes leen las historias de estas dos amigas.
Eugenia Almeida nos muestra un pueblo rural donde nadie puede esperar ni medio segundo más para purificar su alma.
Hace muchos años, dos adolescentes atrevidos quisieron entrevistar de prepo al gran escritor para una revista escolar y, casi sin querer, generaron un documento histórico que permaneció inédito hasta hoy y Orsai recupera para su próximo número.
Algunos techos nos protegen mejor cuando se vienen abajo, un cuento de Agustina Bazterrica.