Cuando escribir es una forma de vivir
La conversación fue compartida entre Hernán Casciari y la editora Carolina Martínez. Del otro lado, Josefina Licitra, cronista y ensayista, y Zambayonny, músico y letrista, aportaron visiones complementarias sobre la escritura como oficio, hábito y, en cierto modo, obsesión.
Licitra habló de su experiencia enseñando no solo el arte de narrar, sino también el de observar. Su foco estará en el periodismo narrativo, pero su mirada trasciende el género: escribir es un modo de estar en el mundo, dijo. Zamba, por su parte, se apoyó en sus canciones, en su trayectoria de trovador urbano, para pensar cómo se construye una voz propia desde lo mínimo.
Una escuela sin manuales
La charla sirvió también para entender el espíritu de la Escuela Orsai: no hay temarios cerrados ni fórmulas mágicas, sino docentes que comparten sus procesos reales. Tanto Josefina como Zambayonny insistieron en que lo importante no es solo el resultado, sino el recorrido: los errores, las dudas, los cambios de tono.
Además, los talleres no se limitan al texto escrito: Zamba anticipó que su curso trabajará también con el ritmo, la oralidad y la musicalidad del lenguaje. La escritura como melodía, la letra como partitura.
En síntesis, una charla que confirmó que esta escuela no busca formar escritores, sino provocarlos.