El fin que se volvió comienzo
Cuando, tras siete años al aire, el programa Buenas Tardes China fue levantado por decisión empresarial, Orsai reaccionó como un solo cuerpo. Lo que parecía un final fue, en realidad, una confirmación: no estaban perdiendo un programa, sino defendiendo un espacio. Así nació el Proyecto 18, una propuesta muy Orsai con una idea simple: que el programa no pertenezca a una radio, sino a su audiencia.
Desde el 18 de agosto hasta el 18 de diciembre, y durante 18 semanas, se podrá invertir 1 dólar por semana para sostener el regreso del programa. Si al menos 3.000 personas lo hacen, se asegura la continuidad y se construye una experiencia inédita: un programa con miles de pequeños accionistas, capaces de decidir no solo su financiación, sino también su destino.
La idea es poderosa: si los oyentes bancan el contenido que aman, el contenido deja de depender de intermediarios. Con este modelo, los integrantes del programa —Jairo Straccia a la cabeza, junto a Yamila Segovia, Deborah de Urieta, Agustín Castro, Maga de Castro y Mel Amato— ya no trabajan para una empresa. Trabajan para su comunidad.
Cómo funciona «Proyecto 18»
El equilibrio ocurre con 3.000 socios que ponen 1 dólar por semana
Al alcanzar ese número mágico, se habrán recaudado 3.000 USD por semana, que constituye un pozo de 54.000 USD en las 18 semanas que dura el proyecto.
¿Cómo se distribuye ese dinero?
Para empezar, el 10% son comisiones de Mercado Pago y PayPal, las billeteras que usamos para las transacciones de los oyentes.
Luego: el 54% se reparte entre los salarios de los conductores, los panelistas, los locutores y los columnistas del programa. Orsai se encarga de fiscalizar, pagar e informar a los socios sobre esos pagos, de manera quincenal.
Otro 18% se utiliza para gastos de producción, comunicación y técnica. En este apartado Orsai se lleva un honorario del 9% por trabajos de gestión, pagos, difusión y logística.
Y el 18% restante representan las ganancias de los accionistas. Cada quincena son los socios los que deciden deciden qué hacer con el dinero excedente, a través de encuestas vinculantes que ocurren los viernes, dieciocho minutos antes de que finalice el programa.
¿Qué pasa si no se logra el equilibrio?
En caso de que transcurran las 18 semanas y no se alcancen los 3.000 socios necesarios, Orsai pondrá de su bolsillo el dinero restante para pagar salarios y gastos, por lo que en ningún caso las emisiones se suspenderán hasta la fecha prevista: 18 de diciembre. Eso sí: al no alcanzar el equilibrio, BTChina no continuaría en 2026, al menos con este modelo de negocios.
¿Qué pasa si se alcanza el objetivo?
Si dentro de las 18 semanas se llega a 3.000 socios, podremos anunciar que el proyecto tendrá una nueva temporada de 18 semanas en 2026, en donde otra vez buscaremos a 3.000 dueños que lo hagan posible.
¿Qué pasa si se superan los 3.000 socios este año?
¡Primero, festejamos! Porque significa que habrá BTChina para rato. Si se pasa el límite, el accionista 3.001 ya estaría financiando la segunda temporada.
¿Pero cómo? ¿No hay dueños que se la llevan con pala, no hay gerentes garcas, no hay jefes explotadores?
No. Lo más importante de Proyecto 18 es que los oyentes son los únicos dueños del programa. El proyecto no genera ganancias, sino salarios dignos y tranquilidad laboral para la gestión de un ciclo periodístico independiente.
En este punto, Orsai no es es dueño de BTChina, sino un fiscalizador temporal que vigila que las cosas se hagan bien.
¿Y qué es lo que está bien? Que los oyentes sean lo más importante de un programa de radio. Lo mismo que pasa con los lectores de la revista Orsai y con el resto de nuestros proyectos de autogestión.