Crónica de otra jornada intensa de rodaje, pero de grandes momentos: filmamos en el edificio de la Comunidad Europea y, gracias al equipo de Arte, instauramos un monumento a Bombín en pleno suelo europeo.
Crónica de otra jornada intensa de rodaje, pero de grandes momentos: filmamos en el edificio de la Comunidad Europea y, gracias al equipo de Arte, instauramos un monumento a Bombín en pleno suelo europeo.
Con un cielo totalmente despejado, el equipo le dio marcha a un día muy intenso de rodaje. Esta vez, trabajaron a dos unidades: una que filmaba las escenas desde una perspectiva general y otra que se encargaba de la subjetiva de Debré. Un despliegue hollywoodense.
Una de las escenas se grabó nada más y nada menos que en el edificio de la Comisión Europea. Como sabían que Orsai estaba produciendo una película de Diego Peretti, no pudieron negarse y nos otorgaron los permisos sin chistar.
La segunda locación se realizó en un túnel de la ciudad. Allí, el equipo de Dirección repasó todas las escenas del plano secuencia unas cuantas veces, para que quedaran pipí cucú. Como les contamos anteriormente, grabar un plano secuencia es muy trabajoso: son tomas largas en las que cualquier detalle imperfecto obliga a realizarlas de cero, sin posibilidad de hacer cortes en el medio para retomarlas desde el error.
El que no para de superarse es el equipo de Arte: ahora montó una estatua de ‘Bombín’ en Mont des Arts, un sitio histórico en Bruselas. Con todo lo que venimos haciendo, se podría decir que prácticamente ya somos locales.
