Itilandia, un éxito total entre la improvisación y el delirio

Empezamos un viaje cósmico al interior de la mente del influencer en el Paseo La Plaza. Y, aunque nunca nos hayamos levantado de la butaca, se sintió como estar arriba de una montaña rusa.

Iti, el hermoso ya está afinando la guitarra, calentando las cuerdas vocales y repasando las últimas líneas, con la dirección de Seba de Caro, porque su primer unipersonal llegó a Paseo la plaza. 

Aunque ahora todos lo llamemos Iti, y no entendamos muy bien por qué lo queremos tanto, en realidad se llama Ignacio Ocampo y su carrera arrancó hace un tiempo atrás. Como casi todo en esta época, se empezó a hacer un lugar en las redes sociales cuando se dio cuenta de que las quejas que mandaba a empresas y servicios, si las hacía públicas en internet, causaban furor. 

Cuando le agarró la mano a ser influencer dijo «Ya fue todo» y empezó a escribir cartas románticas por encargo. Así se armó su propio séquito de seguidores, fanáticos y, digamos todo, su propia tribu de loquitos. 

Entre risas y chistes, Iti, en su primer unipersonal, nos sumergió en toda su intimidad: nos recibió con fotos de su infancia y una canción inventada por él en el momento. Antes de que pudiéramos acomodarnos en nuestros asientos ya estábamos escuchando y viendo cómo era el Iti pequeño, en un recorrido vintage por unas épicas fotos de los 90. 

Sin duda, una de las destrezas de Iti es la improvisación. Porque todo el mundo puede, si lo practica, hacer reír, pero aprovechar lo que ofrece el público para generar un chiste, eso no lo hace cualquiera. Iti dejó claro que él puede eso y más: la interacción con el público fue total. De cada comentario, ruido, risa o incluso accesorio del público, armó un secuencia que nos descostilló de la risa. Después de recuperar el aire todo lo que pudimos pensar fue: ¿Cómo lo hace?

Además, nos llevó de los pelos por los rincones más morbosos de su cabeza: la muerte de su abuela —de la que literalmente mostró un pedacito—, cómo empezó su carrera como comediante —leyó a pedido del público su carta más célebre—, y compartió una conversación en la que se hizo pasar por una mujer y enloqueció a un hombre —sin comentarios. 

Un viaje emocionante y único para el que solo necesitás tener pañuelitos para secarte las lágrimas de tanto reírte.

Será los viernes 16 y 30 de junio en el Paseo de La Plaza y las entradas ya están a la venta.