Andreu Buenafuente abrió un día su página en Wikipedia y vio todo lo que había hecho en su vida. Le pareció deprimente, porque lo que más le gusta en el mundo es dormir.
4 de noviembre, 2012
Andreu Buenafuente abrió un día su página en Wikipedia y vio todo lo que había hecho en su vida. Le pareció deprimente, porque lo que más le gusta en el mundo es dormir.
Sobre la fotografía de mi micrófono solitario, hecho de palos y cocos en un paraíso costarricense, Andreau Buenafuente reflexiona sobre un oficio noble que supo abrir los ojos del mundo, y que ahora parece hacer lo posible por dejarnos bizcos.
El perro de Andreu Buenafuente se llama Mèl. Es un setter irlandés sobrio, elegante y silencioso. Su dueño lo quiere, lo lleva a pasear y le saca fotos lindísimas, pero en lo más profundo de su corazón lo envidia mucho. El porqué, en estas páginas.
Hubo un sitio emblemático que fue el epicentro de la vanguardia madrileña durante un siglo. Andreu estuvo allí en febrero, para empaparse de aquellos fantasmas, y lo primero que vio, en la puerta, es que ya no se puede fumar en el Café Gijón.
Andreu Buenafuente nos cuenta la historia de una foto que sacó a finales de diciembre en un cementerio de Nueva Orleans. Es su mejor excusa para hablarnos de la muerte.