En 1995, Hernán Casciari mató, o creyó haber matado, a su sobrina en un accidente con el auto. Los diez segundos que tardó en darse cuenta de que no había pasado nada grave fueron un infierno que todavía lo atormenta.
En 1995, Hernán Casciari mató, o creyó haber matado, a su sobrina en un accidente con el auto. Los diez segundos que tardó en darse cuenta de que no había pasado nada grave fueron un infierno que todavía lo atormenta.
En 2006, Hernán Casciari escribió un cuento a modo de metáfora sobre la innecesaria y delictiva figura del sujeto que se interpone entre autor y lector. Lo ilustra Jorge González.