La emoción de volar

Un adolescente empieza a escribir un diario al mismo tiempo que se enamora de una chica que vive a varios kilómetros de distancia.

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Comenzamos otro año muy bueno y a la vez malo. Malo porque hay una sequía impresionante. Ahora mismo estamos envasando jugo de uva. Bueno para mí porque empiezo menores. Es otra categoría en el basquetbol. Ya voy a empezar a hacer pesas para preparación física. Bueno, también porque fuimos a La Paloma y estrenamos la cabaña. No sé si ya había contado que compramos una cabaña en La Paloma. Es muy linda, el techo es de dolmenit y es toda de madera. Surfeamos en Anaconda, Los Botes y La Aguada. Pasamos ratos muy lindos dado que en la cabaña de La Paloma hicimos un terraplén e hicimos un fogón. Trabajamos mucho en el terreno para limpiarlo. No tuvimos ni agua ni luz, así que todo fue más difícil. En La Paloma hubo un campeonato de surf en el que participé. Aclaro que mi categoría era de catorce a dieciséis años y yo era el único de catorce años. Salí octavo. Ese día mi padre había salido a surfear y se le partió la tabla. Debo señalar que era domingo, o sea día de reposo.

Ya estoy en tercero de liceo. ¡Estoy hecho todo un hombre! (Eso fue una broma.) En las clases me va muy bien. La nota más baja que me saqué hasta ahora es un ocho y el máximo es doce. Pero hablemos un poco del pasado. Este verano pasado, valga la redundancia, fue el mejor verano de mi vida. Corrí las mejores olas de mi vida, pero más importante, conocí a un grupo de personas extraordinarias de mi edad y un poco menos, tres chicas y dos chicos realmente extraordinarios. Salíamos de noche al centro, hacíamos fogones, nos reuníamos en la casa de unos y después en la de otro, nos juntábamos en la playa y disfrutamos del verano de la mejor forma posible. Sus nombres eran: Fernanda y María Piñeyrúa, Javier y María Eugenia Temesio, y Martín Díaz, que tenía hermanos pero eran mucho mayores.

Me olvidé de contarte que estoy en la selección de básquetbol de la capilla. También está Daniel Suárez, otro más de mi barrio. En octubre fuimos a Buenos Aires con la selección, fuimos a Vicente López, allí conocimos a pila de gente (jóvenes mormones) que no los voy a olvidar. Allí visitamos pila de lugares, la calle Florida, el hipódromo, McDonald’s, etc. Estuvo notable.

Hoy es miércoles y estoy leyendo una Liahona (mentira, estoy escribiendo mi diario). Cada vez tengo un testimonio más fuerte sobre el Evangelio y sé que guardar los mandamientos es la única forma de llegar a la salvación y a la vida eterna, por lo tanto insto al lector a guardar los mandamientos de Dios, quien fue nuestro creador y de Jesucristo nuestro Redentor. Si los amamos realmente debemos de guardar sus mandamientos, arrepentirnos, ser humildes, caritativos, ser misioneros toda nuestra vida mediante el ejemplo. 

Teniendo el Evangelio en nuestra vida y manteniéndonos firmes en la senda que conduce hacia el reino celestial, podemos avanzar y desarrollarnos espiritualmente. Habrá tropiezos en el camino, pero nuestro Señor y Salvador Jesucristo nos ha prometido acompañarnos y sostenernos en cada paso que damos.

En Cristo tenemos una esperanza eterna. Sabemos que se nos ha dado esta vida para prepararnos para la eternidad.

Llenad vuestra mente con la meta de llegar a ser como el Señor y, al procurar conocerlo y hacer su voluntad, eliminaréis todo pensamiento deprimente.

No obstante el pasado que hayáis tenido, se presenta ante vosotros un futuro inmaculado.

El mensaje del Divino Redentor da esperanza a todos, incluso a aquellos que se sienten desanimados y deprimidos, solos y abandonados. Es la maravillosa esperanza de un nuevo nacimiento, porque los que nacen del espíritu son verdaderamente libres. Por favor, al que lea esto, medite estas palabras, ya que tengo la constancia de que son verdaderas y si las siguen serán salvos.

En el Club Malvín me está yendo muy bien, tengo un average de 28,2 puntos por partido. Vamos segundos en la tabla de posiciones detrás de Cordón y Biguá. En la primera ronda perdimos contra Biguá y Cordón. En lo que va de la segunda ronda jugamos contra Cordón y le ganamos, Cordón le ganó a Biguá, y la única forma de que podamos salir primeros es mediante un triple empate que se daría si le ganamos a Biguá y Biguá le ganara a Cordón en la segunda ronda. Esperemos que se dé así.

Hoy vino el novio de mi hermana a casa. Se llama Pablo Matta. Es un tipo buenísimo. Es el primer novio de mi hermana. ¡Cuándo me tocará a mí tener novia!

Hoy escribo porque acabo de venir de un viaje con una delegación deportiva a Buenos Aires. Fue con la Scuola Italiana di Montevideo. Lo mejor del viaje y de la estadía es que me hice un montón de amigos. Me hospedó la familia de Diego Canale, su hermana es Florencia y el novio de Floppy es Chris. Gracias a esta chica (Florencia) conocí a una chica llamada Luciana De Lette. Esta chica y yo entablamos una relación, era una de las chicas más lindas (para mí) que he conocido hasta ahora. El viaje fue estupendo. En la parte deportiva salí tercero en el lanzamiento de la bala. La Scuola ganó la copa Háandicap y el tercer puesto en la general, y hablando de todo un poco fui en un ómnibus sin chicas! Pero igual fue una muy linda experiencia.

Direcciones: 

Diego Canale / Gral. Piram 611 / Martínez, CP 1640 / Bs. As., Argentina

Luciana De Lette / Díaz Vélez 1862 / Olivos, CP 1636 / Bs. As., Argentina

Buenos días: Anoche fue la graduación de seminario. Me gradué después de un año de estudio de las escrituras y donde logré un gran testimonio sobre nuestro profeta José Smith. Yo sé que él fue un elegido del Señor y fue el que hizo más por nosotros en toda la historia de la tierra exceptuando a Jesucristo. Tradujo el Libro de Mormón, parte de la Biblia, restauró el Evangelio, construyó ciudades y por último murió por nosotros. Yo sé que él existió y que lo que hizo fue por inspiración del Señor y esto lo dejo en nombre de Jesucristo, Amén.

El jueves 20 fui al Christmas Formal (una fiesta formal de la Escuela Americana). Una chica, fea, gorda y todo lo que se pueda imaginar, le pidió a mi madre si no podía ir conmigo. Yo a ella no la conocía, por lo tanto le dije a mi madre que sí. Cuando la vi me quería morir. Pero bueno, llegamos al lugar de la fiesta y ahí me cargué a todas las minas que me fueron posible, hasta me cargué a una de sexto de liceo. 

Transcurrió el baile y me estaba mirando una rubia hacía ya un rato. La rubia estaba divina, tenía unos ojos verdes hermosos. Estaba vestida con dos musculosas: una blanca apretada y una azul floja y más grande por arriba, también tenía una minifalda negra y estaba descalza. Era muy pero muy pero muy linda y agradable en su forma de ser. Era muy simpática también. Llegado un punto en el baile estaba sentada en un sofá rojo, sola, en ese momento fui y me senté al lado de ella, conversamos por una hora y media casi dos (siempre hablando en inglés). Yo la conocía apenitas de antes y habíamos hablado algunas pavadas antes y cuando nos mirábamos nos hacíamos caras y nos reíamos. Ella es norteamericana, vive en Washington, por lo tanto no la voy a ver muchas veces. Cuando hablamos le dije algunos piropos, ella me dijo a mí algunos y luego papá me vino a buscar. Ella me dijo que pasara por la escuela de mañana que ella iba a estar y así hablábamos, pero no fui porque mi madre me dijo que no dejaban entrar a nadie que no estudiara en ese colegio, por lo tanto no fui. ¡Mi padre me dijo que ella me estuvo esperando hasta las once y media y yo no fui! (¡Qué tarado!) Entonces le dejó el teléfono de Punta del Este a mi padre (042-8-28-36). Ya es el segundo día que la llamo y le digo unas cuantas cosas lindas y ella me dijo que capaz que venía a Montevideo a pasar la navidad y la nochebuena y capaz que se quedaba el 26 y así podíamos salir, por las dudas me dio su dirección en EE.UU.: Southern 208 Maple Av. / Chevy Chase Palma Md. 20815 / United States. Su nombre es Camila Grossman, pero me parece que nunca más la voy a ver.

Hoy escribo para relatar la experiencia más espiritual en mi vida que me ayudó a fortalecer mi testimonio sobre la Iglesia. La convención de jóvenes fue desde el 16 hasta el 18. El domingo 17 tuvimos la escuela dominical al aire libre y luego la reunión sacramental. Reinó un espíritu muy lindo que hizo todo más ameno. A la tarde se bautizó Daniel Morena, un muchacho de 18 años que los padres no lo dejaban bautizarse hasta ser mayor de edad. Este muchacho se bautizó en un arroyo al igual que Jesucristo y luego le impusieron las manos. En seguida tuvimos una reunión de testimonios muy linda, muy espiritual ya que muchos lloramos al escuchar los testimonios y al decir el nuestro. La felicidad que me embargaba era total, nunca había sentido tan fuerte al espíritu confirmándome que esta era la Iglesia verdadera. Yo quiero dejar mi testimonio de que sé que estoy en el camino correcto como muchos otros mormones y sé que Jesucristo y Dios viven, y que fueron los creadores de este hermoso mundo y de muchos de los cuales ni conocimiento tenemos. Yo sé que si tenemos alguna duda y pedimos al señor de todo corazón sin dudarlo él nos va a responder y a guiar para que podamos elegir la vida eterna. Insto al que lea esto a trabajar en la obra del Señor porque es la única forma en la que podemos llegar a ser felices. Yo sé que Dios no nos pone pruebas que no podamos resistir. Si resistimos y sobrellevamos esas pruebas, nuestro gozo será infinito. Por favor haced estas cosas y lo dejo en el nombre de Jesucristo, Amén.

Son las 7:15 de la noche y ya oscureció, estoy acostado en la cama, escuchando radio y escribiendo al que lea este diario personal. Me siento muy feliz ya que mi relación con Dios y con el mundo es cada día mejor y así espero que sea la del que lea, ya que la sensación es muy gratificante y el camino de Dios es el único que existe.

Comenzaron las clases en marzo y comenzamos bien ya que me estoy sacando buenas notas y me llevo bien con los profesores y en especial con mis compañeros, y compañeras. Está bien, lo confieso: hay una chica en mi clase (Aline Gomensoro) que… sin palabras, es una de las chicas más lindas de la clase si no es la más linda, y me tiene loco (más o menos, porque es muy pillada). Temo no haber relatado un acontecimiento mundial de importancia trascendente. Las Naciones Unidas le declararon la guerra a Irak por haber invadido Kuwait. Kuwait es el país que «produce» y vende más petróleo en todo el mundo y todos los países se están aprontando. Estados Unidos, la potencia mundial más grande, junto con Rusia le declararon la guerra a Irak y le dieron un tiempo determinado parar soltar a sus rehenes y no lo hicieron, y la guerra fue declarada en los últimos días de enero y finalizó después de un mes de muerte y angustia.

Hoy a las 11:00 hs. salgo para Rivera con el plantel de básquetbol de Malvín. Vamos a jugar contra el Club Nacional de Rivera y nos vamos a hospedar en casas de jugadores. En el básquetbol me va muy bien ya que soy titular siendo mi segundo año de menores, y voy a tener que ser un jugador fundamental en el equipo.

Quiero dejar un mensaje a los que lean esto. Para lograr lo que anhelamos debemos tener perseverancia y fe en que lo lograremos, debemos hacer lo posible y lo imposible por lograrlo y estoy seguro de que lo lograrán. Podemos estar seguros de que lo lograremos si seguimos el camino de Dios ya que él nos ayudará en todo lo que pueda, pero no debemos confiarnos y no esforzarnos porque Dios esté de nuestro lado, porque si no perseveramos Dios no estará de nuestro lado, así concluyo mi mensaje.

No sé si comenté que estoy escribiendo poemas, y que creo que «me va» bastante bien. Tengo ocho poemas los cuales me gustan mucho, los que están archivados en otro cuaderno dedicado a mi poesía, el cual espero también esté al alcance del lector.

¿Alguna vez se han puesto a pensar todo lo que debemos a nuestros padres? Pues ya es hora de que nos demos cuenta y hagamos todo lo posible por retribuirles ese favor que nunca les podremos devolver. Ellos nos dieron la vida, lo más hermoso, los colores, la alegría, los triunfos, también derrotas y tristezas pero qué otra cosa podemos pedir de alguien. Ellos nos aman, estoy seguro de eso y estoy tratando de hacer lo posible por complacerlos porque los amo. Imploro al lector a hacer lo mismo y su alma se henchirá de gozo, y Dios lo recompensará con grandes tesoros eternos, aun más valiosos que los terrenales cuyo valor se esfuma con el tiempo y son de ningún valor y alimento para el alma.

Desarrollad vuestros talentos y dones al máximo a fin de poder perfeccionaros y ser lo mejor de nosotros y ser semejantes al Padre Celestial y a su hijo Jesucristo. Arrepentíos y acercaos a Cristo, él es el camino, sigamos sus pasos y seremos salvos, seamos obedientes, humildes y mansos de corazón y lograremos la gloria celestial. Esto lo dejo en el nombre de Jesucristo, Amén.

Odisea de un viernes/sábado a la noche. Todo comenzó cuando me dieron dos invitaciones para dos cumpleaños de quince para el mismo día. Mi decisión anticipada fue la de ir a uno que era el de una amiga de la iglesia, bailar el vals y luego irme al otro que era hasta las cinco de la mañana. Llegó el día y fui al primer baile, bailé el vals y me iba a ir, pero algo me decía que no debía, que era mejor quedarme en ese baile, pero decidí cumplir con lo que había determinado antes y fui al otro baile (me llevó mi padre en auto). Me cambié de ropa en el auto y me puse unos vaqueros y unos championes, bajé del auto y le pregunté a un muchacho si se podía entrar de jeans y me dijo que sí, por lo tanto le dije a mi padre que se podía ir. Para entrar tenía que entregar la invitación, la entregué y cuando iba a entrar el portero me dijo que de championes no podía entrar, le insistí y le insistí pero igual no me dejó. Salí para ver si mi padre todavía estaba ahí pero no; ya se había vuelto a la otra fiesta. En eso llegan unos amigos (eran aproximadamente las 11:15) y me trataron de prestar algunos zapatos, pero ninguno me cupo, así que decidí volver a la otra fiesta (las dos fiestas estaban a seis kilómetros de diferencia). Fui hasta la calle Rivera y esperé el 7e7 rojo, pasó una hora y no pasó, por lo tanto corrí hasta la avenida Italia, donde esperé veinte minutos más y finalmente me tomé un ómnibus. A eso ya eran las 12:50 (ya era sábado). Llegué a la otra fiesta a la 1:20 y decidí cambiarme y ponerme los zapatos y el pantalón de vestir adentro del auto, le pedí las llaves a mi padre, abrí el auto, me cambié, tranqué la puerta y cuando iba a entrar a la fiesta me acordé que había dejado las llaves adentro del auto (eran la 1:25). Para colmo me relajaron todo y tuve que ir a casa a buscar las otras llaves. Por suerte nos llevó un amigo en auto y volvimos rápido (1:30). Cuando llegamos de vuelta, estaba decidido a bailar todo lo que no había podido esa noche, pero cuando lleguéo pusieron cumbia, canciones brasileras, me quería matar.

Pero esto no termina aquí. Cuando terminó la fiesta, a las 2:00, o sea que estuve treinta minutos sentado sin disfrutar nada, me desremangué la camisa y me puse un gemelo y cuando me voy a poner el otro, no estaba, lo había perdido. Para colmo era de mi padre. No se lo dije porque me dijo el obispo que si lo encontraba me lo notificaba. Pero esto aún no termina. Con las piernas doliéndome por las corridas y con un sueño que me moría, dispuesto a irme a casa, un amigo me pide que lo acompañe a acompañar a una joven que vivía a siete cuadras de donde estábamos. Acepté y fuimos, la acompañamos, y luego tenía que ir a mi casa que quedaba a diez cuadras de allí. Se hicieron largas pero llegué, exhausto, pero llegué. Puse la cabeza contra la almohada y me dormí (eran las 3:05). Este es el fin de esta odisea. Como mensaje me dejó que sea más organizado en mis cosas.

Hoy jugamos contra Larre Borges a las 9:30 de la mañana, al mismo tiempo jugaban Cordón-Biguá. Si ganaba Cordón, Cordón salía primero, Malvín (nosotros) segundo y Biguá tercero. Si ganaba Biguá, empatábamos los tres en el primer puesto. Ganó Biguá: ¡salimos campeones! Primera vez en toda mi vida que salgo campeón de básquetbol. Era el primer año que usaba la camiseta número 13 y ganamos. Mi average fue de 23, 9 puntos por partido. Es poco lo que falta para que terminen las clases y comiencen las vacaciones. Voy a hacer una pretemporada para moldear mi físico porque el año que viene va a ser más exigente todavía. Ahora dentro de poco voy a ir a La Paloma, a surfear y a divertirme con toda mi familia. Pero lo mejor es que va una «porteña» (cariñosamente) que me gusta pila y quiero «arreglarme con ella». Terminan los cursos, termina el campeonato, termina un año lleno de alegrías, de victorias y por suerte no tantas derrotas, así es la vida. ¡Espero mejorar en mi vida amorosa, che! ¡Todavía no tuve ninguna novia y ya tengo catorce años! Es una vergüenza, yo, 1.90 metros, medio rubio, con un físico bárbaro, con bruta pinta y no tengo valor para conseguirme una mina (¿¡qué humilde, no!?)

Tengo quince años. Si hará tiempo que no escribo, pero aquí estoy de vuelta. Grandes noticias, este ha sido un año notable en el que he logrado todas mis aspiraciones por ahora. Bueno, todas menos una, pero el año todavía no termina. En el área intelectual ha sido un año muy provechoso ya que fui promovido de año, estaba en 4.° de liceo y ya terminaron las clases hace una semana. Todavía no sé con qué pasé pero luego se los notificaré. Creo que está entre un 9 o un 10. También inicié un curso de dactilografía a mediados de año y tres meses después hice el examen y ahora ya estoy graduado. También inicié el último año de inglés, luego del cual, si pasás el examen ya tenés el nivel de un profesor. Creo que lo voy a salvar.

También en el área física he logrado mis objetivos, ya que estoy más alto, estoy pisando los 1,94 mts y salí campeón por segunda vez consecutiva de básquetbol en Malvín pero esta vez terminamos invictos, no perdimos ninguno de los 22 veintidós partidos. Este fue mi segundo año de menores. Soy titular y tuve un average de 24,9 puntos por partido y 8,3 rebotes. También estoy pasando poco a poco a la posición de los bases y estoy «jugando» con el pique en los partidos. También otra arma de mi básquetbol es el triple, de los que emboco bastante. Como ven el año de mis quince, para el que faltan tres meses más para completar, está siendo uno de mis mejores años. Ahora, el miércoles 13 tengo el viaje de fin de año a Bariloche, el que grabaré en este libro todo lo sucedido en el día a día en las próximas páginas. Haré una especie de bvitácora.

Llueve afuera y hay un aire de melancolía, me acuerdo de los veranos pasados, especialmente de Fernanda Piñeyrúa, chica que flechó mi corazón y dejó una marca que nunca podré sacar. El verano próximo pasado no pudo ir a La Paloma por lo que ya hacen casi dos años que no la veo. También me acuerdo del verano pasado, de mis amigos en La Paloma, Martín Díaz, siempre ahí, y nuevos amigos, dos hermanos, Martín Bleier y Vanessa. Se convirtieron realmente en buenos amigos, ojalá vayan todos este año.

Atención: una chica, hace ya unos cuantos días me ha dejado enamorado, pero locamente enamorado. El nombre de ella es Martina Molinari y es lo máximo que haya visto en mi vida, tiene unos ojos verdes imposibles, un cuerpo escultural y una manera de ser impresionante. ¡Es divina! ¡Ah! ¡Y le gusta el vinagre! Estoy enamorado. Estoy enamorado, nunca había querido a una chica de tal manera.

Bitácora del viaje a Bariloche. Así comienza el relato del viaje. Aún no hemos partido. Salimos a las 4:00 de la madrugada y son las 2:12 de la misma. A las 3:00 tengo que estar en la Scuola para aprontar todo. Acabo de terminar de preparar mis valijas y en lo único que pienso es en Martina, hasta tal punto que preferiría quedarme a no verla por diez días, que ojalá pasen rápido. Igual voy a tratar de disfrutar lo más posible de este viaje. Tengo bastante sueño pero aguanto bastante más, creo. Ahora mismo voy a seguir leyendo esta revista de básquetbol que había ya comenzado a leer.

Son las 6:57 de la mañana y estamos en viaje. Nos acabamos de detener por aproximadamente cincuenta minutos para cambiar la rueda de un ómnibus que se había pinchado. Solo se ven largas y verdes pasturas, paisaje que se va repetir durante todo el viaje. De vez en cuando alguna casa aislada se divisa, pero son pocas ya. Todos siguen en sus asientos menos Andrés que está como loco, camina de un lado a otro del pasillo, y para peor dice cada estupidez impresionante. Algunos empezaron a comer parte de la comida que trajeron. El sol ya asomó hace rato, lástima que no pude ver el amanecer porque salió detrás del ómnibus. Estamos pasando por un pueblito. Pusieron un casete de Los Panchos y acaban de sacarlo por unanimidad. El cambio ha sido notable, han puesto una canción supermoderna,«Lambada».

Son las 8:38 de la mañana y acabamos de bajar a tomar un café desagradable y comer unas medialunas con nada adentro. Lo único rescatable del almuerzo eran unos ojitos que más o menos estaban ricos. Pero nada comparado con los ojitos de Martina, verdes, especiales. Estoy extrañándola de gran manera. Estoy enamorado como nunca lo había estado antes. Ah, y además le gusta el vinagre.

Ahora son las 11:22 y continuamos viajando. Aproximadamente a las 10:56 cruzamos la frontera así que ya estamos sobre territorio argentino. La cosa sigue normal, solo que me cambié de lugar para ubicarme en el asiento trasero para estar solo con mi melancolía. En este mismo momento estoy observando el carné de Martina y me pregunto cómo puede haber gente tan linda. Cada vez que recuerdo a Martina se me hace imposible el mirar a otras, o sea que nunca me fijo en ninguna otra que no sea Martina. El pobre carné va a quedar gastado, porque me lo paso admirando. Si sigo escribiendo no paro más, así que mejor me detengo ahora y luego sigo.

Son las 4:41 de la tarde y nos pusimos en marcha luego de haber almorzado un asadito con chorizo y ensalada y de postre un helado. Estamos todos viendo un video de no sé qué, así que me puse a escribir. Según mis cálculos nos debe faltar más o menos por recorrer la mitad del camino. El paisaje sigue siendo llano sin elevaciones, y si las hay son muy dispersas. Solo se ven llanuras repletas de pasto y árboles. La temperatura es agradable dentro y fuera del ómnibus, tanto como para estar de camiseta en ambos lados. El ómnibus por suerte es muy confortable, es un último modelo y sobran los asientos, por lo que elegí dos asientos para estar sentado cómodamente y solo, para recordar mejor a Martina. Estoy extrañando demasiado y me parece que en cualquier momento me bajo y me vuelvo a casa.

Son las 7:29 de la tarde y estamos merendando arriba del ómnibus. Macarena y Carolina están sentadas enfrente mío cantando canciones de Xuxa. Especifico que no tengo interés en estas chicas, ya que ninguna es comparable a la amante del vinagre.

Son las 10:07 de la noche y estamos llegando a un lugar «civilizado» si se quiere, donde hay casas, pero ya lo hemos pasado y seguimos nuestro camino atravesando el campo argentino. Por la radio del bondi están pasando “Another Brick in the Wall” mientras que todos, especialmente las chicas, cantan y bailan a lo largo del pasillo. A esto los siempre latentes recuerdos de Martina reafloran y reafloran en mi mente, pero a la vez siento que esto es algo que tiene que pasar y que tengo que tratar de sacarle el provecho más grande a esta situación.

Son las 8:57 y para lo único que escribo es para describir el paisaje. A mi alrededor hay un auténtico desierto, pero con arbustos y yuyos. No se ve ni un solo árbol, sin exagerar, uno, puedo extender la vista hasta donde quiere y no se divisa uno. Me acaban de decir que falta alrededor de una1 hora para llegar al lugar donde desayunaremos y otras tres para llegar a Bariloche. Alrededor de nosotros se ven mesetas y elevaciones. En lo único que atino a pensar es en Marti. ¿Dónde estará? ¿Se acordará de mí?

Son la 1:09 hora Argentina, o sea las 2:09 hora uruguaya. Ya tenemos a la cordillera cerca y estaremos a 20 veinte minutos de Bariloche. Hemos pasado por un lago, que calculo tendría por lo menos quince kilómetros. El lago estaba rodeado por elevaciones y mesetas, cavernas, etc. El agua era azul, con todos sus diferentes matices, de repente agrandándose y otras veces transformándose en un hilo de agua. Eso sí era un paraíso, el reflejo de las elevaciones sobre la clara faz del agua hacía figuras y jugaba con las diminutas ondas. Las montañas con sus picos nevados parecen como pintadas en un retrato que extasía la vista.

Son las 3:09 y ya estamos en la habitación del hotel. Yo duermo en la cama más cercana a la ventana. Estoy con Diego Vartián y Alejando Pérez. Ya colocamos un arito de básquetbol portátil en la pared y comenzamos a ordenar todo. Nuestra ventana da a otras ventanas de otros cuartos. Bariloche, por lo menos a primera vista, parece estar bueno. Pero, a pesar de lo bueno que está, me parece que la pasaría mejor en Montevideo junto a Martina. La estoy extrañando muchísimo, suerte que tengo el carné y con esa pequeña foto me alcanza (pero no me sobra). Pegué la foto al ladito de mi cama para tenerla bien cerca. ¡Ay qué lindaaa! ¡Me quiero morir!

¡Buenos días! Son las 8:08 de la mañana. Nos levantamos aproximadamente 7:52 y ahora vamos a ir a desayunar. Se picó un campeonatito de basquetbol. Ahora están contando historias de sonámbulos. 

Son exactamente las 12:01 y estamos en el cuarto. Fuimos a pasear al centro y nos sacamos una foto en una plaza donde está el reloj con unos perros que se alquilan para la foto. Le compré un osito a Martina, que ojalá le guste. Es rosado, con un gorrito azul de lana, y un corazón blanco en el pecho bastante grande que dice Bariloche en letras rosadas. Tiene unos ojos que son re -tiernos. Pero nada igual a los ojos de Martina, verdes y brillantes, más expresivos que ningunos que haya visto nunca. Estamos en la habitación con Diego Vartián, Raúl Díaz, Fernando Gambaro y yo. Estamos por subir al circuito corto, que es un viaje alrededor de no sé dónde. Luego les cuento.

¡Hola! Son las 10:16 de la noche. Anoche fuimos a una discoteca llamada Cerebro, que está bastante buena. Al principio dan un juego de luces, con láser y todo que está excelente. Me fui temprano, a las 3:30 de la madrugada porque me embolaba estar ahí, y es un sufrimiento estar sin Martina. Había chicas lindas pero se marchitan todas ante la belleza de Marti (clásica frase de la literatura). Me levanté a las 10:30 luego de haberme acostado a las 4:30. Hoy ascendimos el cCerro Catedral, pero, como lamentablemente no funcionaban las aerosillas, fuimos en un funicular. Eso sí, tuvimos que esperar como tres horas para subir porque había cantidad de gente para subir. Para pasar el tiempo fuimos a un arroyo que se produce gracias al deshielo. Sacamos fotos y tomamos agua de este arroyo. El agua estaba heladísima. En seguida llegamos (6:00) y nos tiramos sobre la nieve, jugamos una pequeña guerra de nieve y nos sacamos unas fotos en la nieve. Eso sí, nos congelamos. Pero valió la pena. Luego volvimos como a las 8:50, ni nos bañamos y comimos. Ahora sí, después de comer, me bañé y acá estoy escribiendo tirado en la cama y escuchando unas lentas suaves. Ahora me voy a quedar en el hotel a dormir y a pensar en Martina.

En este momento me gustaría recalcar la importancia de escribir un diario. No pensemos que no somos nadie, que a nadie le interesa nuestra vida, porque por el contrario, existe gente que se preocupa por nosotros. No los privemos de que nos conozcan mejor, y dado que no sabemos cuándo la muerte nos llegará, ¡¡¡debemos empezar a escribir ahora!!! No vacilemos, os exhorto a que comencéis a escribir para beneficio de la posteridad y del vuestro, ya que os complacerá leerlo de vez en cuando y recordar momentos vividos.

También me gustaría expresarles la importancia de la lectura. La lectura es un método de obtener cultura y sabiduría. Leamos buenos libros, leamos las escrituras: El Libro de Mormón, la Santa Biblia, Doctrinas y Convenios, La Perla de Gran Precio. Leámoslos para prepararnos ya que se nos ha dicho que la sabiduría que encontremos en la tierra, con ella nos levantaremos después de la muerte, por lo tanto ¡¡preparaos!!

Preparaos tanto intelectualmente como espiritualmente y físicamente. Mantengamos nuestro cuerpo saludable, nuestro cuerpo es un templo de Dios, no dejemos que ninguna impureza entre en él. Hagamos deportes, comamos bien, durmamos bien. Quiero dejarles esto por experiencia personal que sé que prepararnos y cultivar todos nuestros aspectos es esencial. Hacedme caso y si no lo estás haciendo, comenzad, y si lo estáis, nunca dejéis de hacerlo.

Comenzamos un nuevo día y son las 9:29 de la mañana y acabamos de desayunar café con leche, medialunas y pan con manteca y mermelada. Estoy acostado en la cama escribiendo. Esta fue la primera noche que dormí bien porque no fui a la discoteca. No hay mucho que contar todavía, lo único que dentro de una hora, a las 10:30, iremos a una cabalgata por el bosque y otras cosas. También tengo que contar que extraño como nunca a Martina, pero por suerte faltan menos de cuatro días para volver a verla, así que un poco más feliz estoy. Pero todavía falta bastante. El carné está hecho medio bolsa porque lo llevo a todos lados.

Son las 8:37 y acabamos de desayunar. Estamos escuchando una canción de los Beach Boys (la que más me gusta), «Kokomo». Ahora nos vamos a ir a un viaje a la isla victoria. Así que nos vemos.

¡Volví! Son las 7:30 de la tarde y volvimos de la isla más o menos a las 5:40. Lo que hicimos fue esto: Primero fuimos en ómnibus hasta el puerto Pañuelo, donde nos tomamos una embarcación la cual nos llevó primero hasta el bosque de arrayanes, que es un bosque situado en una pequeña isla que tiene cantidad de especies de plantas. El agua del lago Nahuel Huapií estaba especial, bien transparente y verde. El paisaje a nuestro alrededor era extasiante: los picos nevados contrastaban con la parte inferior de la vegetación de la montaña, la que se reflejaba en el agua del lago. Esto más el colorido de las flores más predominantemente amarillas y naranjas formaba un cuadro espectacular. Luego de visitar ese bosque partimos de vuelta pero ahora hacia la isla victoria donde almorzamos y como no podía ser de otra manera no nos podíamos ir sin bañarnos en el agua de este lago. Nos bañamos los varones en calzoncillos. Estaba fría pero divina. ¡Chau! ¡Ahora nos vemos!

Martina: Cada vez te quiero más.

Te amo.

Son las 8:39 de la mañana y acabo de desayunar. Estamos en el cuarto con Diego y Alejandro escuchando a los Beach Boys (Still Cruisin’). Ahora estamos escuchando la mejor canción, «Island Girl». Escribo para contarles sobre lo que soñé. Soñé con Martina. Se veía más linda que nunca, con sus ojos brillantes y expresivos que me miraban con ternura. Lloré como nunca, la extraño como nunca antes había extrañado a nadie. Me estoy muriendo por verla y ya no aguanto más.

Ya son las 8:19 de la noche. Hace ya un rato volvimos del viaje o circuito más aburrido que hemos tenido. Viajamos alrededor de tres horas en barco, recorrimos lagos (qué bodrio, porque todos los lagos son iguales), visitamos una cascada, y todo esto nos abarcó como siete u ocho horas. Ya en parte me estoy pudriendo de Bariloche y quiero volver a Montevideo para ver a Martina. ¿Por qué la amaré tanto? ¡Aaaaah! A la vuelta en el televisor del comedor estaban dando el noticiero. Se están cumpliendo todas las profecías de los profetas de la antigüedad, los terremotos, sequías, inundaciones, guerras y ahora siguen los problemas que no paran en el Medio Oriente. El mundo está cada vez peor y por eso hay que ser más fieles a la voluntad del Señor para poder ser salvos y vivir dignamente esta época de probación.

Ya son las 9:50 de la mañana del miércoles 20/11. Acabamos de tomar la leche y ahora vamos al centro a comprar algo y a pasear. Mi amigo estupendo Vartián está arreglando su ropa. Alex, otro estupendo amigo, está también arreglando su ropa mientras yo escribo sentado en mi cama. Hoy es nuestro último día en Bariloche. Nos vamos mañana de mañana después de desayunar, por eso estamos doblando nuestra ropa. ¡Falta cada vez menos!

¡Hola! Son las 8:41 de la mañana y estamos sobre el ómnibus. Estamos a punto de partir. Nos levantamos 6:50 y tomamos la leche a las 7:30. Por suerte estamos por volver y ya dentro de día y medio vamos a estar en Montevideo. Escribo luego.

Ya son las 8:24 de la noche. Estamos ya en pleno viaje. La oscuridad de la noche se aproxima pero por suerte todavía restan algunos destellos de luz, queda esa claridad crepuscular tan solo. Perdí la lapicera y Diego me pudo alcanzar otra recién ahora. A eso se debe el cambio del color de tinta. Todos en el ómnibus están bastante tranquilos, están todos en sus asientos. Un grupo de chicas charlan sobre quién sabe qué, hay gente durmiendo y están pasando cumbias por la radio, música inspiradora y hermosa, ¡puaj!

Ya son las 8:52 de la mañana. Todavía no desayunamos pero el sol salió hace rato. Diego me está haciendo preguntas sobre una revista que ya leí unas cuantas veces. Tengo un hambre que me muero y también extraño a Marti que me muero, pero falta poco, ¡así que chau!

Son las 4:01 hora uruguaya. Estamos en Cardona y acabamos de almorzar en un hotel-restaurant. Estamos arriba del ómnibus pero todavía no se ha puesto en marcha. Calculo que dentro de dos horas y media llegaremos a Montevideo. Diego se encontró muy callado durante el viaje y me parece que ahora comenzará con sus chistes letales. Me despido hasta próximo aviso.

Ayer, o mejor dicho hoy de madrugada a las 12 y algo de la noche, pasó lo más maravilloso que pudo haber pasado, lo mejor de mi vida, ¡me arreglé con Martina! Todavía no lo puedo creer, que tenga una novia tan linda me parece imposible, pero por si hay alguna duda quiero decir que la amo, la re amo, la re quiero, me muero por ella, podría tirarme de un rascacielos por ella, daría mi vida por Martina, es que es tan linda que me vuelve loco. Hace menos de doce horas que no la veo y ya me estoy volviendo loco, por suerte mañana la voy a ver de vuelta, así que hasta mañana, pero antes quiero decirles que mirarla a los ojos y darle un beso fue la más linda sensación que sentí en toda mi vida, así que ahora sí, nos vemos luego. Además de ser mi primer novia es tan especial porque es lindísima, hermosísima, todo lo bueno junto en una sola persona, estoy que estallo de alegría, y cuando no la veo me muero por verla, la extraño, porque hoy no la vi, no me imagino lo que será cuando se vaya a Porto Alegre por seis días, pero bueno, Marti, te amo.

¡Hola! Son las 11:58 de la noche y calculo que se estará por ir a Porto Alegre. Martina, ¡ah! Pero es que es tan linda y tan buena y tan divina y tan… no sé, ¡tan todo! ¡Ah! Y además es una genia en gimnasia olímpica, por eso se va a Porto Alegre, para una competencia internacional. Ay, y yo la estoy extrañando porque la re quiero. En realidad la amo. Si esto es el amor entonces me doy cuenta de que nunca antes me había enamorado. No sé, la tengo siempre en mi mente, no puedo estar sin pensar en ella. ¡¡Espero que lo nuestro dure mucho, pero mucho tiempo porque la amo!! ¡Sí! ¡La amo! Y cada vez que pienso en ella se me ilumina la vida y salto de alegría.

¡¡Martina te amo!!

Hoy es domingo y Martina se fue el sábado a las 12 de la noche. Habrá llegado a Porto Alegre hoy al mediodía, debe estar durmiendo a esta altura porque ya son las 12:30 de la noche, o sea ya es lunes. Voy a ir al club luego de que duerma y voy a extrañar la presencia de Marti, pero bueno, qué se le va a hacer, eso pasa por tener una novia tan genia que viaja a todos lados. Pero, no puedo dejar de decir, de escribir, que la amo por todo lo que es, y creo que nunca me podría fijar ni engañarla con otra. Estoy escuchando lentas acostado en mi cama y la lenta que estoy escuchando se llama «Love of a Lifetime», que significa «Amor de la vida», que es lo que encontré en Martina. Desearía saltar, correr, y gritar ¡¡amo a Martina!! pero es que nunca me había pasado algo así, y espero seguir así toda mi vida, enamorado locamente de Martina, y estoy seguro de que va a ser así, porque la amo. Ahora me despido y luego mañana continúo escribiendo. Chau! ¿Y saben qué? (Amo a Martina, en serio).

Ya es lunes y son las 2:36 de la tarde. Es el segundo día que no está Martina. No sé qué decir, porque si me pusiera a hablar sobre Martina no me alcanzarían las hojas de este libro. Pero voy a pasar a describírselas.

Martina es de pelo castaño (divino) corto (más o menos) por debajo de los hombros, no es corto pero no es largo. Tiene unos ojos verdes claros y brillantes que… ¡fua! Ni se los imaginan, una nariz y facciones perfectas. Sus labios delineados parecen los de una muñeca, su cuerpo es lo más cerca a lo más lindo que pueda existir. No sigo escribiendo más porque si me entusiasmo me tomo el avión para Porto Alegre, ¡así que hasta la vista!

Bueno, ya estamos a martes y dentro de dos días vuelve Martina. Yo me pregunto: ¿puede un hombre amar tanto a una mujer? Mañana compite Martina y yo tengo la parte final del CPE, así que me despido hasta tomar la palabra luego.

Son las 8:05 horas de la mañana y estoy todo tapado y aquí les escribo. Creed en Dios. Aceptaos como hijos suyos, creados a la imagen de Dios. Él os ama y desea que seáis felices.

También quiere que vosotros progreséis como resultado de vuestras decisiones en la vida, y lleguéis a pareceros más a Él. Él espera que vosotros os reconciliéis con la voluntad de Dios, y no con la de la carne.

Sed mansos y humildes de corazón… Resistid toda tentación del diablo con fe en el Señor Jesucristo.

Nosotros tenemos apetitos, tanto espirituales como carnales. Nuestro deber es hacer prevalecer los espirituales, debemos tener fuerza de voluntad.

Recordemos que esta vida es en la que debemos reconocer nuestros errores y arrepentirnos, ya que si no lo hacemos ahora luego vendrá una noche de tinieblas donde esto será imposible, porque con el conocimiento y el espíritu que nos levantemos de este mundo lo llevaremos a nuestro estado eterno, por lo tanto, debemos tratar de sembrar cosas buenas para que cuando venga el día de la cosecha podamos estar felices, y así ganar la vida eterna.

Hace ya bastante que no escribo y tengo que contarte algo especialísimo, casi imposible de creer, pero ¿sabés qué? Acabo de volver de La Paloma y me ocurrió la cosa o las cosas más maravillosas de este planeta. Empiezo por contarte que corté con Martina, yo lo decidí, porque me di cuenta de que era tan solo entusiasmo lo que sentía por ella, y además porque «conocí» a mi verdadero amor. Es a la chica que más quise y quiero. Es Fernanda Piñeyrúa, ya la conocía de hace dos años (ver páginas 76-77). Ya me había enamorado antes de ella y ella de mí, pero éramos tan chicos, yo tenía trece años y ella doce, ahora tengo dieciséisy ella quince. Sé que me ama, y estoy seguro de que la amo, porque siento algo especial, no es entusiasmo, pero deseo estar con ella siempre, es lo mejor de mi vida. Lamentablemente vive en Buenos Aires y solo la puedo ver dos meses y medio al año, pero sé que si hay amor todo es posible. Después te sigo contando porque me voy a dormir.

Y no te volví a escribir hasta un año y pico. No es que haya dormido todo este tiempo, lo que pasa es que no me hago tiempo para escribir. Ya tengo, o recién tengo, diecisiete años, y muchas cosas me han pasado y muchas otras (aunque menos) se me han pasado. Sobre Fernanda Piñeyrúa te digo que, aunque la quise y la amé con todo (aunque a esta edad muchos dicen que el término «amar» no es usable), por lo menos fue la chica por la que sentí una cantidad de emociones y sentimientos nuevos. No llegué a hacer el amor porque yo pienso que lo más adecuado es tener relaciones sexuales luego de casarme por razones que quizás otro día explique. La relación de noviazgo entre ella y yo culminó por el simple hecho de que nos pusimos de acuerdo en que «amar» a una persona a 800 ochocientos kilómetros de distancia es dificilísimo.