«Nada más fácil» — Editorial Orsai N1 T2

En el primer editorial de la segunda temporada el director ironiza sobre lo sencillo que es hacer una revista cultural sin publicidad y sin subsidios en el contexto de un gobierno de derecha.

Esta es una revista fácil, nada que ver con la Orsai original. La primera temporada sí que fue difícil… La hicimos hace algunos años. Era una revista internacional, arriesgada, con centros de distribución en más de treinta países y una logística llena de utopías. Tuvimos que aprender a exportar y a importar; y conocimos las restricciones particulares de cada región; por eso muchas veces estuvimos al borde de la quiebra.

Aquella fue una revista de inclusión hispanoamericana, con autores de todas las regiones de nuestros países. Hasta tenía un glosario, para que cada zona supiera cómo se dice cotorra en los países donde no se dice chimba, y de qué forma argolla se convierte rápidamente en chucha; y aprendimos lo complicado que es pagar cuando te facturan artistas desde el exterior; y supimos lo horribles que son los correos para las entregas y las devoluciones. Conocimos impuestos con nombres extraños y devaluaciones imprevistas. Y por cada archivo de Word que un escritor nos mandaba con un texto hermoso, también recibíamos un Excel con una mala noticia de los contadores.

Esta es una revista simple, nada que ver con aquella Orsai. La otra era una revista de periodismo y literatura internacional, porque estábamos parados al mismo tiempo en dos continentes; a veces hacíamos el cierre por Skype y, mientras en la casa de unos amanecía, en la casa de los otros cenábamos.

En la primera temporada fuimos por el camino más complicado, como cabezaduras, mientras todo el mundo nos señalaba los atajos. Y fueron dieciséis ediciones maravillosas. Fueron tres años tremendos y jamás volveríamos a hacerlo porque para hacer las cosas así hay que tener toda la inexperiencia del mundo.

Y entonces, ¿para qué hacemos una segunda temporada de Orsai?

La respuesta es simple: para demostrar que una revista hermosa se puede hacer en cualquier época y de mil maneras distintas. Que ni siquiera es necesario tener la energía que da la inexperiencia.

Esta nueva revista Orsai que empezamos hoy es lo más sencillo del mundo. Para empezar, no es ni internacional ni arriesgada. No se distribuye a ningún país ni se exporta en barcos. En esta nueva etapa esquivamos todas las burocracias —que por otra parte siguen intactas— porque estamos hartos de las aduanas y de los formularios aburridos.

En esta segunda temporada de Orsai no vamos a incluir a Hispanoamérica en los textos, porque decidimos que no tenemos ganas de decir chocho ni coño ni cuchumina. Que se vayan todos a la concha de su hermana. Todo el staff es argentino y todos los temas son argentinos.

Esta edición de Orsai está llena de archivos Word preciosos, larguísimos, y está lleno de dibujos y de crónicas. Hubo solamente un archivo Excel en medio de toda la magia, uno solo: el listado de los mil quinientos apellidos que compraron esta edición antes de entrar a imprenta, y que dejaron sus treinta y cinco dólares en una plataforma online.

Ese es el único Excel y es un archivo hermoso, porque con esa plata le pagamos los honorarios a todos los colaboradores, y también pagamos la imprenta, y también pagamos el alquiler de un teatro para festejar lo sencillo que es hacer una revista.

Esas mil quinientas personas (a las que llamamos benefactores y aparecen en las páginas dos y doscientos once) recibieron la revista en mano. Ni siquiera tuvimos que gastar en correo ni en sobres ni en estampillas. Esas personas hicieron una «vaquita» y con la plata se pagó toda la edición.

Como ven, en esta segunda etapa de Orsai no vamos a ir por el camino difícil.

Vamos a ir por el camino más fácil del mundo: vamos a hacer una revista de cultura, sin publicidad, sin subsidios, pagándoles bien y a tiempo a los mejores artistas, mientras al mismo tiempo llenamos un teatro y agotamos el tiraje completo en dos horas. Y todo eso en el contexto de un gobierno de derecha.

De verdad: no hay nada más fácil.

Inténtenlo.

H.C.